Tatooine
domingo, 3 de enero de 2016
El despertar de la fuerza
sábado, 1 de septiembre de 2012
Los vengadores (2012)
Además hay ciertas escenas, todas en las que aparece el malo malísimo, Loki, que parecen de juguete los escenarios y las ropas. Y me imagino que no habrá sido por falta de presupuesto para la dirección artística.
Aún así la traca final de acción es tan apabullante que sales con un buen sabor de boca y pegado a la butaca.
Silencio en la nieve
J. Edgar
miércoles, 16 de febrero de 2011
También la lluvia
La cinta tiene grandes momentos, especialmente me gustaron las escenas de los ensayos, y representa un cambio con respecto a otras películas de la directora, como Te doy mis ojos o Flores de otro mundo, de corte intimista y bajo presupesto. Ésta es ambiciosa, con muchos escenarios naturales y extras, pero sin parecer nunca falsa. La escena que menos me gustó, la final: la despedida en el solitario hangar del aterezo entre el productor y el indígena protagonista. Un cliché demasiado manido y con un toque cursi.
La estupenda música de Alberto Iglesias recibió merecidamente el goya.
viernes, 19 de noviembre de 2010
El americano
Cines Aragonia (Zaragoza)
Acompañante: Pilar
Yo esperaba una revisión del género de espías y asesinos del tipo Bourne, pero no se acercó ni de lejos. Algunas críticas describen a la película como un thriller pausado, aunque decir en pausa sería mucho más acertado. Además de la falta de ritmo y de acción, ni siquiera la trama es plausible porque los pocos tiros y muertos que aparecen no producen ningún tipo de reacción ni escándalo en ese pequeño, remoto e idílico pueblo de los Abruzzos italianos, cuya indiferencia parace más propia de un barrio de NY.
Un turre de película que derivó en tragedia en el momento que se nos acabaron las palomitas, único entretenimiento real de la sala en toda la tarde.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Origen (Inception)
Fecha: Viernes 3 de septiembre de 2010
Lugar: Cines Aragonia (Zaragoza)
Acompañantes: Pilar
Reconozco que fui al cine sin esperar encontrarme con nada interesante. Mi única referencia de la película, la presencia de Leonardo DiCaprio, no representaba ninguna garantía ya que sus últimas actuaciones (Diamantes de sangre, Infiltrados, Gángsters de Nueva York...), a pesar de ser excelentes no han conseguido quitar de mi cabeza la imagen romanticona de Titanic. Tampoco conocía al director, Christopeher Nolan (y aunque hubiera sabido su nombre éste no me habría dicho nada), ni el resto de reparto de actores. Y sin embargo la película me dejó enganchado durante 2h y media a la butaca, sin ganas de querer abandonarla ni siquiera cuando empezaron a salir los títulos de crédito. Hay pocas películas capaces de sorprender y esta no dejó de sorprenderme ni un sólo minuto. La trama ya era original: un equipo de ladrones se dedican a robar información, pero no de una caja fuerte, sino del interior de la mente de las personas. ¿Cómo? Entrando en sus sueños y llegando a las zonas más recónditas de su subconsciente. Leonardo interpreta al líder del grupo, un personaje atormentado por la muerte de su esposa, de cuyo recuerdo no quiere desprenderse y lo almacena en sus sueños. Debido a que la policía le acusa de la muerte de su esposa, no puede volver a EEUU con sus hijos, pero un encargo especial le va a dar la oportunidad de regresar y rehacer su vida. Este encargo consiste no en extraer información de un sujeto, sino en meterle una idea ajena en la mente y que ésta la considere como propia.
La película tiene un ritmo trepidante y aunque es cierto que no es fácil retener toda la información, la habilidad del director permite que nos quedemos con la parte esencial para poder seguir el hilo del intrincado guión. La película me ha parecido una perfecta amalgama de elementos de muy distinto tipo: tiene una gran cantidad de trepidantes escenas de acción perfectamente realizadas con gran derroche de tiros, explosiones y persecuciones por medio mundo al mejor estilo de James Bond, las continuas entradas y salidas de los sueños de los protagonistas y sus diálogos existenciales así como la utilización de los efectos especiales digitales me recordaron mucho a Matrix, en ocasiones la película parece un vídeo juego al estilo Lara Croft, con los personajes superando “pantallas”, matando a los malos, para poder acceder al botín y por último la trama de intriga psicológica y esa capacidad para hacer que nada sea lo que parezca tiene un aire a las películas de M. Night Shyamalan. La tarea de montaje es también excepcional, ya que hay gran cantidad de momentos a lo largo de la película en la que se solapan historias distintas sin que se llegue nunca a perder el hilo de ninguna. La manera en que el guión y el director nos diferencian las historias reales de los sueños es igualmente original, nada de fotogramas en blanco y negro, desenfocados, en color sepia o con una luz exageradamente distinta. No, nos obligan a fijarnos en pequeños elementos que van a jugar un papel clave en el final abierto de la película, con cierto regusto a Instinto básico.
Una última sorpresa la constituyen tanto la excelente música de Hans Zimmer, como los cameos estelares de Michael Caine y Tom Berenguer (inmenso actor que últimamente estaba desaparecido de los rodajes).
El director consigue una película redonda, con un guión muy trabajado, sin huecos ni fallos, con un grupo de actores estupendos y un montaje frenético. No me había divertido ni me habían sorprendido tanto desde Matrix.